viernes, 17 de mayo de 2024

COREA: NUESTRA PUERTA AL CONTINENTE ASIÁTICO

 Casi 12 h de vuelo y dejamos EEUU atrás para aterrizar en Seúl. Dejamos un mundo que no nos era tan desconocido para adentrarnos en uno totalmente nuevo: Oriente.


Lo que uno ve en términos generales desde un aeropuerto o paseando una gran ciudad no difiere tanto de tantas otras megalópolis del planeta: básicamente contrastes extremos entre modernidades globales como son los rascacielos, los puentes o los automóviles y vestigios tradicionales como pequeños callejones, edificaciones sencillas, mercados o gente haciendo actividades diversas por la calle.

Lo más deconcertante aquí es que nada escrito te aporta ningún tipo de información. A nuestros ojos, en realidad, no hay nada escrito en ninguna parte. Siendo incluso distinta la estética de todo, paseando frente a una fachada no somos capaces de distinguir un restaurante de un locutorio, un banco de una carpintería, una tienda de ropa de una librería.... garabatos de colorines por todas partes....


Nos alojamos en un hostal de un sencillo barrio céntrico en una habitación supuestamente para tres en la que a penas conseguimos tumbarnos los dos. No hay fotos porque no había espacio para tomar perspectiva.... Cutrez...a otro nivel... pero barato.
Estos primeros días estamos muy centrados en la recepción de las motos y la gestión del siguiente salto a Vladivostok que se presenta más complejo de lo previsto.
Hemos estado gestionando una cita en un concesionario Yamaha para hacer una revisión a las motos para entrar en la zona inhóspita del viaje con todo a punto. Hemos visitado el Memorial a la Guerra de Corea.


Hemos visitado el Palacio de Gyeongbokgung.












Hemos dado dos vueltas al centro de la ciudad en bus turístico y visitado un mercado en el que comer.








Actividades de relleno mientras eperamos las motos.
Resulta curioso que aquí la museización de elementos históricos es muy abierta. Se confía mucho en la responsabilidad y respeto del visitante y, por lo tanto, se permite llegar a tocar esos aviones, asomarte por la ventanilla, entrar un viviendas históricas del palacio o entrar a leer en una biblioteca del año 1350. Eso resulta interesante.
Ayer nos mudamos a una habitación en una casa de huéspedes mucho más digna donce tenemos acceso a una cocina practicable (en el hostal también había, pero no había lo que hay que tener para cocinar allí...). Estamos en Incheon, en la misma isla que el aeropuerto, para estar cerca de la posible gestión de recogida. es un entorno curioso. Hoy saldremos a explorarlo. Os contaremos.