miércoles, 22 de mayo de 2024

POR FIN LO QUE BUSCÁBAMOS EN COREA

 Tomada la decisión de abandonar la ciudad y el plan de descubrir el país en moto, nos embarcamos en un autobús hacia el interior rural de Corea del Sur.

Cuatro horas en un moderno autobús conducido por un repartidor de pizzas que no se había dado cuenta de que ya no llevaba un scooter sino un autobús de 12 m con 50 personas a bordo. Conducía por una concurrida autopista de 5 carriles adelantando por derechas y por izquierdas a camiones y turismos como si tal cosa... espectacular, emocionante! Gracias a él echamos un poco menos de menos la adrenalina de nuestras motos...

Enlazando con otro autobús más folclórico...

... llegamos en 5 h a Hahoe. Considerado el entorno más coreano de Corea.

Una pequeña aldea de 150 habitantes, Patrimonio de la Humanidad, en la que nos alojamos en casa de Jo Han, bueno, de su madre.


Hemos retrocedido 500 años atrás en el tiempo.


La aldea se encuentra en un meandro del río Hwachon en un lugar precioso. Solamente se oyen los pájaros silvestres durante el día y las ranas durante la noche. Un lugar rodeado de arrozales y casas con el techo de paja. Ciervos abrevándose en el río...



La casa de Jo Han es como las de los dibujos animados de Doraemon o Arale. Y en una de esas habitaciones con puertas rematadas en papel y sin camas sino futones en el suelo dormimos nosotros.




Este tipo de lugares ofrecen conocer lo que veníamos buscando: a sus gentes. Ayer una maravillosa velada nocturna de licor de arroz, vino español y palomitas coreanas con Jo Han y otro huésped hasta tarde. Grandes y profundas conversaciones sustentadas por las aplicaciones de traducción de cada uno de nuestros móviles. Para esto...sí.



Y hoy le ha seguido una fantástica comida de cerdo salteado, kimchi, arroz y salsas, todo ello comido envuelto sobre la marcha en hojas de lechuga recién cogidas del huerto.






Solo por este par de días ha valido la pena el viaje a Corea.
Gracias Jo Han!!!!



A PESAR DE TODO...

Nos estamos empapando de Corea.

Una semana urbanita en Seúl nos ha dado para vivir un poco la ciudad comprando y cocinando en las casas de huéspedes. Hemos hecho vida de calle y barrio. Y también algunas visitas interesantes.

El primer lunes, camino del concesionario Yamaha donde pensábamos revisar las motos antes de saltar a la Estepa Rusa, visitamos el Memorial de la Guerra de Corea.


 Sorprende, y lo hemos visto en otros lugares, que las museizaciones aquí permiten una gran cercanía y contacto con lo museizado. Supongo que fruto de la confianza en la cultura de respeto que evita el riesgo de bandalismo...

Visitamos el palacio de Geunjeongjeon. Un enorme espacio en el que se conservan (muchas reconstruidas) edificaciones antiguas espectaculares y, también, algunas viviendas humildes.










Visitamos también el otro extremo del enorme potencial de Corea, su puntera modernidad tecnológica, económica y arquitecctónica, materializadas en el 5º edificio más alto del mundo: el Lotte World Tower.
Una nueva exhibición de competitividad fálica que tanto gustan en las grandes ciudades del mundo moderno...



Vértigo en la torre:




Y enmedio de esta obscena ostentación de poderío económico...
un detalle de sensibilidad cultural: un piano de cola abalconado sobre la ciudad a disposición del visitante...


Vimos, de pasada, esta obra de Zaha HadidDongdaemun Design Plaza.


Contrastes, en definitiva, entre lo ancestral y lo moderno que conviven constantemente en esta ciudad.



Hemos visitado y comido en el mercado de Gwangjang. Uno de los grandes mercados de Seúl principalmente de pescado seco y fresco. Una experiencia de colores, bullicio y olores y sabores... Mucho turista, pero como eran principalmente japoneses y chinos...no lo notamos mucho...




Comida muy buena, especial... en la mesa de al lado una familia japonesa degustaban el plato especial... pulpos vivos... literalmente los tenían que capturar a trozos por el plato... a esto no nos atrevimos.


















DIFICULTADES EN COREA DEL SUR

 Forma parte de la aventura...si fuera fácil y previsible no sería una aventura. No siempre todo sale como uno preveía o querría...

No vamos a poder descubrir Corea del Sur en moto.

Las motos llegaron puntualmente de Seattle un par de días después de nosotros al aeropuerto de Incheon-Seoul.

Al día siguiente contratamos a unos agentes privados de trámites aduaneros para manejar la burocracia Coreana al respecto y tener nuestras motos para recorrer el país durante dos semanas.

La situaciíon ha sido larga y decepcionante y, además, nos ha tenido muchos días parados sin hacer mucho más que estar pendientes de unos trámites que no han salido adelante. En resumen: después de una semana lo más que hemos conseguido es que nos envíen las motos, embaladas como están, en un transporte entre aduanas desde el aeropuerto de Seúl al puerto de Donghae.

En este trámite nos ha ayudado mucho Symond (responsable de importacion es de la naviera) que ha puesto todas las facilidades e intermediación para conseguir este movimiento y guardarnos las motos en sus almacenes hasta la salida del barco el día 29 de mayo sin coste de almacenamiento. Porque, cabe apuntar que, la semana de trámites infructuosos nos ha generado, además, un coste de custodia de las motos en el aeropuerto de unos 500 €.

Así que las motos no verán la luz de Corea del Sur y saldrán de sus embalajes americanos en Vladivostok.

Allí nos espera Yuri, otro agente de aduanas, con el que ya estamos trabajando documentos y trámites para liberar las motos en Rusia. Yuri nos está transmitiendo mucha seguridad y confianza....

Hemos pasado una semana primero en un hostal de mala muerte (nivel Corea...) en un callejón oscuro de un barrio sencillo (nivel Corea). Luego hemos pasado por dos casas de huéspedes en Useo (una ciudad de nueva planta asociada al aeropuerto). Ahí hemos estado muy bien, aunque todo un poco frío... todo se habrá sumado. El descorazonador goteo de noticias poco esperanzadoras con respecto a las motos, lo nuevo de la ciudad y falta de ambiente, ...

Así que, cuando el lunes quedó clara esta situación y la solución encarrilada para la semana próxima, decidimos recorrer un poco el país en autobús.