En Montenegro me esperan Daria y Toni. Son amigos de Ogi. Nos conecta el amor a Mongolia. Son una pareja que, viviendo una vida convencional en Suiza, decidieron venderlo todo y empezar algo nuevo en este país con tanto potencial turístico en desarrollo.
Tienen una maravillosa casa en lo alto de una colina (Solanasview) que domina las salinas de Ulcinj con unas vistas únicas. Allí construyeron tres bungalows de ensueño que alquilan a turistas europeos principalmente. Un montaje espectacular gestionado con una exquisita familiaridad que hace que uno no quiera marcharse nunca más...
Pasé la tarde con ellos un rato en la piscina de la casa y otro en la playa donde regentan, también, un club de kitesurf. Todo un montaje envidiable.Por la noche me llevaron a cenar a un original restaurante de pescado en la curiosa isla de Ada Bojana. Un restaurante de madera pilotado sobre la desembocadura del río.
La mañana siguiente amaneció con una copiosa lluvia que duró dos horas y dejó un paisaje más bello si cabía. Tras un baño reparador en la piscina y un delicioso y generoso desayuno preparado por una cocinera local, nuevo duro momento de las despedidas. Se repiten las sinceras propuestas de volver a vernos aquí o en Ibiza o en el lugar del mundo que la vida nos reserve....
Thank you Daria and Toni!!!!!!!
A recomendación de Toni y Rolph (un amigo alemán que hacía kite en la playa el día anterior) me dirijo hacia el parque natural de Durmitor.
Por el camino visito el curioso y espectacular monasterio de Ostrog, importante destino de peregrinación montenegrina.
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