lunes, 9 de septiembre de 2024

RECUPERANDO SENSACIONES EN MONTENEGRO

En Montenegro me esperan Daria y Toni. Son amigos de Ogi. Nos conecta el amor a Mongolia. Son una pareja que, viviendo una vida convencional en Suiza, decidieron venderlo todo y empezar algo nuevo en este país con tanto potencial turístico en desarrollo.

Tienen una maravillosa casa en lo alto de una colina (Solanasview) que domina las salinas de Ulcinj con unas vistas únicas. Allí construyeron tres bungalows de ensueño que alquilan a turistas europeos principalmente. Un montaje espectacular gestionado con una exquisita familiaridad que hace que uno no quiera marcharse nunca más...



Pasé la tarde con ellos un rato en la piscina de la casa y otro en la playa donde regentan, también, un club de kitesurf. Todo un montaje envidiable.

Por la noche me llevaron a cenar a un original restaurante de pescado en la curiosa isla de Ada Bojana. Un restaurante de madera pilotado sobre la desembocadura del río.

La mañana siguiente amaneció con una copiosa lluvia que duró dos horas y dejó un paisaje más bello si cabía. Tras un baño reparador en la piscina y un delicioso y generoso desayuno preparado por una cocinera local, nuevo duro momento de las despedidas. Se repiten las sinceras propuestas de volver a vernos aquí o en Ibiza o en el lugar del mundo que la vida nos reserve....

Thank you Daria and Toni!!!!!!!

A recomendación de Toni y Rolph (un amigo alemán que hacía kite en la playa el día anterior) me dirijo hacia el parque natural de Durmitor. 

Por el camino visito el curioso y espectacular monasterio de Ostrog, importante destino de peregrinación montenegrina.

Allí decenas de peregrinos en actitud grave hacen cola para acceder al santuario. Otros duermen en los alrededores acampados en infinidad de mantas y colchonetas, se respira un profundo aire de devoción y misticismo.
Puesto creo que no puedo tener mejor vida (y menos comparada con la que se interpreta de las gentes que me rodean) decido no dar más trabajo a San Basilio y me ahorro la larguísima cola para acceder al interior. Dedico una modesta pregaria de agradecimiento y sigo camino maravillado por las obras que la fe ha hecho hacer al hombre...
Y dejando atrás las obras del hombre me adentro en las de la naturaleza de nuevo en el Parque de Durmitor. Un macizo montañoso precioso que se eleva hasta climas alpinos. En él disfrutaré de divertidos y bellos off-roads solitarios...




acampada emboscada...




y cena de lujo nómada!!!

Al día siguiente rumbo a Bosnia i Herzegovina por una maravillosa carretera de montaña en absoluto estado de abandono que esconde una simpática sorpresa...

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