sábado, 6 de julio de 2024

ASTANA

Astana es una ciudad fría. Espectacular. Toda ella, prácticamente, son edificios modernos. Se fundó de la nada como nueva capital del país hace menos de 30 años. Y se está construyendo con mucho dinero pero sin historia y sin alma todavía.

Es un escaparate de edificios de arquitectos famosos en medio de una urbanización de ostentosos bloques de viviendas de estética complicada en el que no hay a penas espacios para el ciudadano. Esta última parte es comprensible teniendo en cuenta que en veranos están a 40ºC y en invierno a -40 ºC.








Aún y así no deja de ser un espectáculo deambular en moto por sus calles, que son todas como autopistas, y dejarse sobrecoger por semejantes monumentos a la ostentación, la mayoría sin uso aparente.

En la zona de edificios en los que se celebró la EXPO2017 visité un interesante museo dedicado al aprovechamiento energético en un edificio esférico espectacular.






También fue bonita la visita a la mezquita del Sultan Hazret


He de reconocer que, a recomendación de una persona del lugar con cierto criterio, pasé una tarde muy agradable a orillas del rio Ishim junto al puente Atyrau. 



Un rincón de ambiente joven y familiar, con gente paseando, tocando música, tomando algo en las terrazas. 

Al atardecer, un momento muy humano en esta ciudad inmadura, tomando cervezas y buena carne de caballo asada.





La mejor experiencia, sin duda, en Estana fue conocer a Askhat y su familia. Con el fin de hacer cambio de aceite, filtro y neumáticos de la moto, acabé, preguntando aquí y allí, en un taller en las afueras, en una zona residencial de aspecto humilde. El entorno no daba confianza ninguna. Allí encontré a Askhat en su taller adosado a su casa. Dentro del taller la cosa ya daba otra sensación. Varias motos (incluso de nieve) y quads estaban en reparación. Enorme banco de trabajo con todas las herramientas que uno espera en un lugar así. Decoración personal con sensibilidad. Y Askhat, todo voluntad de servicio y trato a pesar de no hablar a penas nada de inglés. En un momento trajo a su hija Camila de 11 años que nos hizo de traductora y organizamos toda la operación. Primero comer (que se había hecho tarde) con su mujer y su hija. La casa, una vivienda unifamiliar que desde la calle no resultaba nada atractiva, era un primor. La configuración y calidad de cualquiera de las nuestras con un gusto … especial. La hospitalidad y simpatía rebosando en todos ellos. Su mujer (imposible recordar su nombre kazajo) hablaba inglés muy correctamente y era un encanto de belleza, naturalidad, frescura y familiaridad. Eran una familia ejemplar. Como se puede ver, me enamoré de ellos. Comí ese día y desayuné al cabo de otros dos días.



La puesta a punto de la moto pasó por ir a comprar repuestos a varias tiendas juntos en mi moto, planificar para al cabo de dos días, ir juntos a un taller para sustituir las cubiertas en máquina, …. Todo lo necesario, con toda la profesionalidad, con toda la dedicación, con toda la simpatía.





Evidentemente, invitados quedaron a venir a Ibiza cuando Camila tenga 18 años para presentársela a Lluc…

Con la moto a punto y todo cargado de nuevo, emprendí de nuevo ruta aunque con un pequeño cambio de rumbo. A recomendación de todo el que hablé en Astana, tenía que ir a Almatay y sus alrededores que fue la capital original y está redeada de montañas y lagos muy bonitos. Así que fluyendo como un río…de camino estoy.

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