sábado, 13 de julio de 2024

CAMINO A ALMATY

 

Kazajistán tiene un territorio, por lo visto hasta el momento, absolutamente llano con alguna montaña suelta y una vegetación árida propia de una estepa desértica. Además las carreteras que comunican los núcleos principales son autopistas de muy buenas características.

Así que este viaje hacia el sur del país, hacia su frontera con Kirguistán, no resulta muy emocionante ni especialmente atractivo sobre la moto. Aún y así me las apañé para acampar dos noches en dos lugares bastante apetecibles. 



Especialmente la segunda noche a orillas del Balkhash, en una playa solitaria de este inmenso y espectacular lago.


El viento y lo llano de las aguas me hicieron recordar las buenas navegadas con mis hijos y hermanos en Port Leucate.

La paz del lugar fue un buen escenario para sacar un rato para escribiros...


El último día de trayecto hacia Almaty tuve un gracioso encuentro en la carretera.

Circulaba a 90 o 100 km/h, con el ruido del motor y el viento retumbando en el casco, como cada día. Iba absorto en mis pensamientos, como es habitual. Y de pronto oigo una voz. Claramente una voz en mis oidos. Perfectamente preceptible a pesar del ensordecedor ruido ambiental. Esto me sacó de mis pensamientos y me concentré; he oido una voz? y de nuevo la oigo. claramente aunque no llego a entenderla. Pienso. Se ha activado el intercomunicador que usaba con Andreu y que hace más de dos semanas que no uso? No es posible. No está conectado a nada, no debe ni tener batería. Y entonces lo veo claro: oigo voces, como los sicópatas de las películas. Se me está yendo la olla. La soledad y las horas de monotonía mántrica sobre la moto están haciendo mella. Y me río. Me río a carcajadas de pensar que me estoy volviendo loco!! Y vuelvo a oir la voz, esta vez acompañada de un sonido más estridente, como una sirena. Y entonces, por el rabillo del ojo, con la limitación visual que supone llevar un casco integral, veo aparecer muy cerca de mi costado izquierdo el morro de un coche de policía. Me hacen señales de que me detenga en el arcén. Debía hacer rato que intentaban comunicarse conmigo con la megafonía...

Una vez en el arcén todos se acercan y nos saludamos dándonos la mano muy cordialmente (creo que es algo que forma parte del protocolo de la pilicía de aquí). En resumen vienen a notificarme que he hecho algún adelantamiento prohibido. Algo perfectamente posible y que si lo he hecho es en aplicación de aquello de: 'allí donde fueres, haz lo que vieres'. Pero bueno. No vamos a discutir con un policiía kazajo que no habla inglés.

Con el traductor de su móvil me comunica que esto es muy grave y que supone una multa que debería pagar en el acto. Le digo que bien, que cuánto es. Y ahí viene la sorpresa: 200 USD. Dólares? le pregunto ojiplático. Le digo que no tengo dólares. Me dice que bueno, que le valen 100 EUR. Y, entendiendo ya el juego, le digo que tampoco tengo euros, que estamos en Kazakhstan y solamente tengo Tengues y pocos (como 10 o 15 € al cambio). Me dice que no se lo cree, que cómo hago para comer con tan poco dinero. y entonces le enseño mi tarjeta de crédito. Y le digo que no hay problema, que saque el datáfono y se lo pago con tarjeta...

Fin de la discusión. Me advierte de que no vuelva a hacerlo o seré detenido. Se va hacia el coche patrulla y entonces reacciono, voy hacia ellos, les doy las gracias (al que estaba al volante también) y les doy una pegatina de Dos que Roden a cada uno y les digo que no dejen de seguirme en la web... Y tan amigos.

En todas partes cuecen habas. No solamente en México... ;-)


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