viernes, 26 de julio de 2024

DE ARAL A ATYRAU. COMPAÑERISMO EN LA CARRETERA.

 Durante dos días y su noche intermedia estuve atravesando una zona entre Aral y Atyrau en el Mar Caspio en el que la carretera había sido dañada por las inundaciones del mes de abril. Fueron unos 200 km que se hicieron largos y complicados. Aunque emocionantes.

Llegada la noche acampé al pie de una torre metálica, cuya función no supe identificar, que resultó realmente pintoresca...







Estando acampado en esta estepa desértica apareción un visitante inesperado. Un monísimo perrillo blanco muerto de hambre y falto de cariño. 




Compartí con él la cena. No le permití, como pretendía, dormir dentro de la tienda conmigo. Pero se tumbó en el exterior entre la lona impermeable y la tela de la tienda junto a mí... cómo son los perros... me pasé la noche pensando cómo embarcarlo en la moto.

Por la mañana compartí el desayuno de nuevo con él y con el corazón en un puño, lo dejé a su suerte...


En la dificultad del camino no estaba solo todo el rato. en realidad se trataba de una vía de comunicación transitada, lo que hacía que cada 15 minutos o media hora me cruzase con algún coche o camión. Y en estas circunstancias la gente de la carretera son muy atentos, especialmente con una moto y se detienen si te ven parado con la duda de que puedas tener un problema o una necesidad. Espontáneamente me han regalado comida, agua, e incluso un camionero me invitó a la cabina de su camión a fumar alguna hierba extraña en una cahimba de agua y me regaló una navaja...






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