martes, 20 de agosto de 2024

PUESTA A PUNTO OFICIAL EN SAMSUN

 Llegué a Dostlar Motor Yamaha en Samsun a las 10 de la mañana. Un concesionario tanto o más moderno, bonito y equipado que el que podamos encontrar en Barcelona.

Pero la diferencia la marcaba el personal. Café, galletas, explicaciones de las necesidades de la moto con una atención y amabilidad desconocida. Me dijeron que no me preocupase que estaba todo claro y que intentarían tenerlo para la tarde. Me preguntaron qué iba a hacer durante el día. Dije que: esperar a tener la moto…

Cogieron una moto y me llevaron a una fantástico restaurante en primera línea del Mar Negro y me dijeron que ya me avisarían.

(Esto en España no pasa)

Pasé el resto de la mañana y parte de la tarde en ese bar restaurante en el que tenían una música buenísima y unas cervezas fresquísimas. Escribí, hablé por teléfono, comí y, tranquilamente, me fui a hacer una siesta en la playa, vestido como iba con mi ropa de moto y mi mochila… Después de tomar un granizado en otra terraza me llamaron para anunciarme que la moto no estaría hasta la mañana siguiente. Vinieron a buscarme en moto, me llevaron a la tienda y allí, viendo que yo no tenía nada previsto, me organizaron una reserva de hotel a nombre de Yamaha (no a coste) y me llevaron en moto de nuevo.

(Esto en España no pasa)

El hotel era un lujo en primera línea de mar con un restaurante buenísimo. Pagué por él muy poco más que lo que tenía roñosamente presupuestado.

Cenado, descansado, duchado, desayunado y otros ‘…ados’ que no reproduciré pero también se echan de menos estando de cámping, me di un largo paseo por la playa hasta que a las 11 me avisaron de que la moto estaba lista. Vinieron a buscarme, me llevaron al concesionario y, mientras tomaba un café y fumaba un cigarro con el dueño, trajeron la moto. Además de todo lo previsto, habían rectificado las defensas metálicas de protección de la moto (que venían trabajando duro a lo largo del viaje) y la habían limpiado dejándola como si fuera nueva. Más tarde en la carretera comprobaría que también funcionaba y sonaba como nueva…qué gusto!!

(esto en España no pasa)

Pagué por todo ello menos de lo que hubiera pagado en España.

Así que con fuerzas renovadas y sensación de confianza reforzada en la moto me puse en marcha dejando atrás a otro nuevo grupo de amigos por el mundo.



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